REAPRENDER LO HUMANO EN LA ERA
DE LA IA - De la dependencia técnica al redescubrimiento de las habilidades blandas???????????????????????????????????????? ?????por Horacio Krell*

La inteligencia como oxígeno invisible
La inteligencia siempre fue un recurso escaso y costoso, como el oxígeno o la luz solar:
solo advertimos su ausencia cuando falta. La IA cambia radicalmente esta ecuación porque aprende, imita y genera conocimiento a un costo cercano a cero y a una velocidad sin precedentes.
Ejemplo: un médico digital puede replicarse en millones de versiones idénticas en segundos, democratizando el acceso a diagnósticos y tratamientos.
De la historia lenta al Big Bang digital
Durante milenios delegamos trabajo físico en animales y máquinas, pero nunca el intelectual. La distribución de electrones ?información? es mucho más sencilla y veloz que la de átomos ?materia?, lo que provocó un Big Bang de conocimiento.
Ejemplo: una fábrica de automóviles necesita meses para expandir su producción; en cambio, un algoritmo puede escalar globalmente en minutos.
El trabajo artificial y la pirámide de Maslow
En la base de la pirámide están la supervivencia y la seguridad, que la IA puede garantizar mediante su dominio técnico (matemáticas, medicina, ingeniería). Pero los niveles superiores ?autoestima, autorrealización, sentido? dependen de imaginación, empatía y creatividad, dimensiones donde el ser humano sigue siendo irreemplazable.
Ejemplo: un robot puede tocar un instrumento con perfección, pero no conmover a un público con una interpretación auténtica.
Aprender más rápido que nunca
El conocimiento caduca a gran velocidad. Lo valioso ya no es acumularlo, sino aprender a crearlo continuamente. Los países que lideran no exportan materias primas: convierten el saber en su ventaja competitiva.
Ejemplo: Singapur y Finlandia apostaron a la educación y a la innovación, y multiplicaron su desarrollo humano pese a no contar con grandes recursos naturales.
Volver a lo esencialmente humano
Por competir con las máquinas en lógica y técnica, fuimos descuidando nuestras habilidades naturales: escuchar, intuir, inspirar, liderar. Hoy la IA nos supera técnicamente, pero sigue siendo incapaz de brindar una primera impresión cálida, leer las emociones o construir vínculos significativos.
Ejemplo: un líder de equipo que escucha activamente y motiva genuinamente puede transformar un ambiente de trabajo, algo que ningún algoritmo logra. Reaprender implica:
? Escuchar sin interrumpir.
? Formular preguntas que abran emociones y diálogo.
? Leer y compartir historias que conecten.
? Romper creencias limitantes.
? Cultivar una mentalidad de crecimiento.
Conclusión: ser artífices de nuestra humanidad
La IA ya es parte de nuestro ecosistema vital. Como el pez que no advierte el agua hasta salir de ella, debemos reconocer que impacta en nuestro trabajo, en la economía y en nuestras relaciones. La clave está en hacerla jugar a nuestro favor y, al mismo tiempo, reaprender las inteligencias blandas olvidadas.
Porque lo más valioso en medio de la abundancia tecnológica será seguir siendo humanos.